Hace unos meses que os hablábamos del Proyecto LiveAdapt en el que estamos participando. En estos meses hemos estado trabajando en las primeras fases, fundamentalmente para definir qué tipos de ganadería vamos a considerar ganadería extensiva (que puede parecer algo claro, pero no está definido en la legislación ni en ninguna parte) y para ir estableciendo los métodos con los que trabajar conjuntamente con los y las ganaderas.
En este proyecto, como os contamos, trabajamos juntas varias organizaciones, pero cada una tiene un ámbito en el que se especializa: desarrollar soluciones tecnológicas, definir cómo medir el impacto ambiental y social de las medidas que se propongan, comunicar los resultados, diseñar procesos de participación con los ganaderos y las ganaderas, etc. Esta última es la nuestra.

mertola life liveadapt 2019

Estas organizaciones están dispersas por territorios diferentes de España, Francia y Portugal. Aunque a día de hoy la mayor parte del trabajo conjunto se puede desarrollar a distancia, hay cosas que es necesario hacer en persona. De ahí que la semana pasada nos reuniéramos en la ciudad de Mértola (en la zona del Alentejo, en Portugal).
En esta reunión pudimos intercambiar información sobre lo que cada socio ha hecho hasta ahora y las dificultades que estamos encontrando, poner en común metodologías y soluciones y conocernos algo mejor.

En primer lugar, tratamos de definir colectivamente qué es la ganadería extensiva en concreto. Para ello partimos del informe que hicimos sobre la Situación de la Ganadería Extensiva en España: Definición y caracterización de la extensividad en las explotaciones ganaderas en España (2017) que podéis leer y descargar aquí.

En dicho documento se señala que la ganadería extensiva es aquella que aprovecha los recursos naturales del territorio, con una baja utilización de insumos externos (energéticos y de materiales) y principalmente mediante pastoreo. Más allá de esta definición básica, nos planteamos contar con otros aspectos:

  • El uso de razas adaptadas al territorio.
  • El ajuste de la carga ganadera a la disponibilidad espacial y temporal de alimento y a las dinámicas ecológicas de los pastos.
  • La sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.
  • La resiliencia y capacidad de adaptación.

De esta forma, la ganadería se plantea como un gradiente: de hecho, la mayor parte de las explotaciones extensivas hoy, se sitúan en un punto intermedio entre un extremo y otro.

En definitiva, la extensividad se plantea como una relación entre la oferta pascícola de un territorio y la carga ganadera que la consume a lo largo del año: entre el pastoreo que se produce siempre que hay disponibilidad de alimento en el medio y, cuando no es posible se utilizan forrajes conservados y recursos producidos en la propia explotación o en su entorno inmediato. En todo caso, la mayor parte del alimento proviene de recursos territoriales pastoreados.

Es difícil establecer una línea de separación firme, pero sí hemos concluido que hemos de ofrecer claridad: definiendo de manera transparente qué es y qué no ganadería extensiva. Como decimos, se combinan etapas de extensivo e intensivo en la cría de los animales, se aporta alimentación suplementaria y, al mismo tiempo se mantiene en manejo de pastos y se admiten bajos insumos externos. Esto dificulta dibujar la línea de separación. Tenemos muy claro, por otro lado, la aportación a la biodiversidad y el cuidado del medio ambiente que supone esta práctica y las posibilidades de negocio en términos también sostenibles, que propone.

Por último, señalamos los diversos niveles de trabajo e investigación que vamos a seguir en el proyecto y, todo ello lo abordaremos desde una perspectiva política, donde el replanteamiento de la PAC se plantea como necesidad fundamental.

Ahora hemos vuelto, con las ideas claras y las pilas cargadas, para seguir trabajando en averiguar cómo podemos adaptar la ganadería extensiva que ya existe a los retos nuevos a los que ya se está enfrentando.
¡Os seguiremos informando de los avances!