La Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, su Asociación de Ganaderos (AGARBALE) y la Fundación Entretantos, organizaron, los pasados 14 y 15 de diciembre, un encuentro de ganadería extensiva en Candín. Esta es la primera parte de lo que va a ser una crónica en capítulos del encuentro, que juntó a más de treinta ganaderos pertenecientes a distintas asociaciones de Castilla y León y a varios técnicos y expertos relacionados con la ganadería extensiva.

Dice la sabiduría popular (en este caso más bien la retranca popular) que “reunión de pastores, oveja muerta”, refiriéndose entre otras cosas al carácter individualista del pastor y a la soledad de su trabajo que sólo se alivia cuando los problemas sobrepasan la capacidad de un solo ganadero. La realidad de un encuentro ganadero no puede alejarse más del cliché. Un encuentro de este tipo es un acontecimiento ruidoso, alegre, lleno de gente contenta de encontrarse de nuevo, plagado de aventuras y chascarrillos, de buenas historias, de lamentos y quejas, pero también de imaginación y solidaridad. El aspecto de la sala multiusos de Candín el viernes a las cuatro y media de la tarde, con sólo media hora de retraso respecto del horario previsto, parecía más una tertulia de café un día de fiesta que un foro dónde se iban a tratar los graves problemas que afectan a este sector.

Nuria Alonso, la gerente de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses y maestra de ceremonias trataba de iniciar el programa sin levantar demasiado la voz, poco dispuesta a romper la alegría de la reunificación familiar. Poco a poco el barullo se fue atenuando y dejó paso a los merecidos agradecimientos a todos los que habían hecho posible el encuentro: al ayuntamiento de Candín, volcado en el acontecimiento y que puso a disposición todos los recursos de los que pudo echar mano, a los hosteleros de los Ancares que ajustaron el precio a la maltrecha economía de los asistentes a costa de su propio beneficio y a la Asociación de Ganaderos de la Reserva que siempre estuvo a la altura de su papel de anfitriones.

En esta misma línea, el presidente de la Fundación Entretantos, encargada de la dinamización del encuentro, explicó por qué una organización volcada en la participación había hecho bandera de la ganadería extensiva hasta tal punto que había elegido este encuentro como la primera actividad oficial de su andadura como Fundación.

La ganadería extensiva concentra la esencia del modelo de participación social que promueve esta entidad: favoreciendo un modelo colectivo de gestión del territorio capaz de crear empleo y actividad económica en los pueblos, conservando el patrimonio, cohesionando la sabiduría tradicional con las nuevas tecnologías, dando protagonismo a los habitantes del medio ruraly defendiendo los servicios ambientales que benefician a toda la sociedad. La coalición entre ganadería y participación, a pesar de la extrañeza de su enunciado, propone un interesantísimo modelo de relación entre la sociedad, el territorio y sus principales protagonistas: los habitantes del medio rural.

El encuentro se inició con una larga presentación de los asistentes, cada asociación de ganaderos, cada experto y cada invitado presente en la sala dispuso de unos minutos para comentar sus andaduras en los últimos años. Y, aunque cada realidad discurría por senderos divergentes, nos llamaron mucho la atención algunas coincidencias. Las distintas asociaciones de ganaderos, muchas de ellas apadrinadas pro el extinto Plan 42, echaban en falta el apoyo técnico y la dinamización que les había aportado la Administración hasta que los recortes decidieron que en el medio rural tampoco valía la pena invertir. La mera presencia de un técnico que les echaba una mano con el ordenador, las convocatorias y algunos papeles había supuesto para muchas de estas asociaciones la diferencia entre el avance y el estancamiento, y aunque no estaban dispuestas a dejarse morir, muchas echaban de menos el apoyo externo. Las pocas asociaciones que mantenían este tipo de asistencia (la que proporciona la Reserva de la Biosfera, sin ir más lejos o el apoyo voluntario de algún compañero infatigable) han sido capaces de mantener su actividad en un nivel un poco más elevado que las demás.

Otro aspecto en el que coincidían casi todas las asociaciones es el impulso que para este tipo de organizaciones supone el acceso a las nuevas tecnologías, especialmente de cara a la comunicación entre ellos. Los ganaderos van adoptando poco a poco Internet, los SMS, el correo electrónico. Pero sienten que, nuevamente, necesitan un mínimo apoyo técnico, porque la edad, la falta de formación y la carencia de infraestructuras adecuadas les impiden a muchos extraer de estas tecnologías todo el beneficio que pueden proporcionar. No obstante, cada una de las asociaciones por su lado, han ido desarrollando su propio camino, innovando y poniendo en marcha algunas iniciativas brillantes, Segundo, miembro de la Asociación de La Cabrera, se encuentra en transición a ganadería ecológica, jura y perjura que con miles de problemas, pero todos sabemos que con una determinación meridiana.

Las ganaderas de Sanabria, con su marca colectiva bajo el brazo, se siguen peleando por una asistencia sanitaria adecuada a sus necesidades, y apuntan para el futuro la propuesta de Antonio Gamonal, miembro de la extremeña agrupación de ganaderos 2008 de sustituir las Asociaciones de Defensa Sanitaria por Veterinarios de Explotación contratados de forma colectiva por las propias asociaciones. La asociación de Gredos-Aravalle habla de su modelo de contratos entre asociaciones ganaderas y las agrupaciones de propietarios para ordenar el uso de los pastos, y Antonio García, de la Asociación Salmantina de Agricultura de Montaña, intercambia esta idea brillante con el avance que para su cooperativa de ganaderos supuso la compra colectiva de un camión habilitado para el transporte. Por su parte, la asociación de ganaderos de la Reserva de la Biosfera comenta el gran apoyo que reciben de Ángel Mantecón, investigador del CSIC, con el que trabajan en mejora de pastos y una formulación propia de pienso adaptada a las peculiaridades de los Ancares. Otros ganaderos del Bierzo quieren unirse a ellos en la aventura o tratar de seguir un camino paralelo.

Finalmente, los representantes de la asociación Alto Águeda, de Salamanca, dejan a todo el mundo boquiabierto cuando exponen el ahorro que supone la compra conjunta de pienso y medicamentos, y aprovechan para incitar a los demás a pasarse a la ganadería 2.0 y aprovechar todo el potencial de Internet para la comunicación e incluso la venta. Y poco a poco el debate va derivando hacia la necesidad de fortalecer su unión, mejorar las comunicaciones y potenciar a la organización que los representa a todos, la Federación de Ganadería Extensiva de Castilla y León. Cuando llega la hora del café, la asamblea se ha dividido en múltiples corrillos y murmullos que reflejan la tirantez entre la inercia y la soledad de cada ganadero y cada territorio y el potencial del trabajo en red y la unión de todos ellos para defender su modo de vida.

La última parte de la tarde transcurre como acelerada. La Fundación Entretantos presenta a debate una publicación divulgativa sobre ganadería extensiva dirigida a poner de relieve el valor social de esta actividad. La publicación gusta mucho, y aunque se apuntan algunos cambios, todo el mundo está de acuerdo en hacerla circular y utilizarla como herramienta de difusión y como manifiesto a favor de la cultura ganadera. Son las nueve de la noche, la reunión se va deshilachando entre rugidos de tripas, bromas y voces y Nuria y Julio, ya ojerosos y cansados después de conducir la reunión toda la tarde, nos mandan a cenar. La cena, servida por Jorge en solitario y preparada por su mujer con el cariño con el que nos han recibido los hosteleros de Candín, incluye, como no, una estupenda ternera de los Ancaresguisada con higos agridulces del Bierzo y regada con Mencía que proporciona combustible suficiente para seguir la tertulia hasta tarde, muy tarde.

 

(…continuará próximamente)

Encuentro de Candín, Parte I

Encuentro de Candín, Parte II

Encuentro de Candín, Parte III