El pasado miércoles, el Gobierno de Navarra nos sorprendió a todos con su decisión de cerrar la Fundación CRANA, una de las entidades que más y mejor ha trabajado durante los últimos años en el ámbito de la participación y la educación ambiental en toda España.
Desde su apertura en 2003, el equipo del CRANA ha estado demostrando cómo desde una organización ligada a la administración se puede hacer un gran trabajo para impulsar la reflexión colectiva, el diálogo y la innovación social en materia de medio ambiente y sostenibilidad. Buenos ejemplos de ello son el ‘Foro Sumando Energías’ o el ‘Foro del Agua’, así como los diferentes proyectos europeos en los que el CRANA ha estado inmerso todos estos años o el trabajo que desempeña en materia de responsabilidad social y de gestión ambiental en las empresas.
Para conocer mejor el trabajo del CRANA basta con pasearse por su web o consultar sus memorias anuales de actividad, que son un buen reflejo de la ingente tarea que esta Fundación ha desarrollado en múltiples escenarios y contextos. Además, el equipo del CRANA ha contribuido con su conocimiento y experiencia a inspirar e inspirarnos a muchas de las personas que trabajamos en este ámbito y ha enriquecido muchos de los debates y procesos de diálogo que se han desarrollado en materia de educación ambiental en España en los últimos años.
Ahora, todo el esfuerzo realizado, el aprendizaje adquirido y las numerosas redes de trabajo y colaboración que el CRANA ha ido creando a medida que desarrollaba sus proyectos corren el riesgo de perderse o, al menos, de perder un agente esencial para su avance.
Si este anuncio de cierre finalmente se hace realidad, todos nos habremos quedado un poquito más huérfanos, porque habrá desaparecido una de las escasas referencias claras que nos quedaban en el ámbito de la administración en España.
En la fundación entretantos esperamos que esta decisión sea revisada por el Gobierno de Navarra, no solo por todos los motivos antes apuntados, sino también porque creemos que los datos que se han aportado en materia de ahorro económico no justifican la decisión tomada, máxime cuando la inversión en materia de participación y sostenibilidad no debería ser considerado un gasto sino precisamente eso, una inversión. Además, el CRANA funciona en gran medida gracias a proyectos europeos que ellos mismos solicitan y las cantidades de las que se está hablando nos parecen pequeñas en comparación con las partidas presupuestarias con que se trabaja habitualmente en muchos ámbitos de la Administración.
Los trabajadores y trabajadoras del CRANA están tratando de transmitir a la sociedad sus argumentos y defender lo que consideran una causa justa. Nosotros, desde entretantos, les apoyamos en este esfuerzo y os invitamos a los lectores de esta web a apoyarles también firmando en este enlace.
Continuaremos muy atentos a este tema y, entre tanto, os dejamos con este escrito que los propios trabajadores/as del CRANA han elaborado:
«El Gobierno de Navarra ha decidido cerrar el CRANA. Justo una hora antes de que el Gobierno hiciera pública la decisión, los trabajadores fuimos informados por nuestro gerente, quien a su vez tuvo esta información esa misma mañana.
Esta decisión ha sido un auténtico jarro de agua fría para nosotros. Algo inesperado de lo que no hemos tenido información previa, y que ha sido decidido de forma unilateral, sin consulta, incumpliendo los principios básicos de la transparencia y por la que hemos trabajado y colaborado desde CRANA. El cierre supone un mazazo a una década de intenso trabajo del CRANA, de la que sus técnicos y profesionales nos sentimos orgullosos, un golpe a un servicio público de educación ambiental que ha acercado el conocimiento del medio ambiente a la sociedad, impulsando la participación ciudadana y contribuyendo a la integración de los criterios de sostenibiidad en las políticas públicas.
El CRANA se creó hace 11 años a demanda de 150 entidades sociales integradas en la Estrategia Navarra de Educación Ambiental (ENEA). Durante estos años hemos seguido ofreciendo servicios a estos sectores sociales, trabajando en proyectos innovadores relacionados con eficiencia energética, la movilidad sostenible, el cambio climático, el consumo responsables, la gestión del agua y de los ríos, la reducción y reciclaje de residuos, la Responsabilidad Social Empresarial, que ha permitido el buen posicionamiento de Navarra como región en Europa.
El CRANA se ha convertido en una referencia más allá de nuestras fronteras participando en redes estatales y europeas, contribuyendo a la buena imagen ambiental de la que gozaba Navarra. Hemos contribuido a generar procesos de participación pública de calidad en diversos campos: Foro Sumando Energías, Foro del Agua, los procesos de participación para los planes de residuos, de RSE, de cambio climático… en los que han participado miles de personas de entidades de todo el territorio navarro.
Hemos contribuido también al dialogo de diferentes puntos de vista sobre temas conflictivos a través del Foro de la Sostenibilidad, que impulsamos junto a las dos universidades, el Colegio de Sociólogos y la cátedra Unesco. Hoy podemos afirmar orgullosos que somos un punto de referencia en materia ambiental para numerosos sectores de la sociedad navarra: ayuntamientos, universidades, centros escolares, empresas, colegios profesionales, organizaciones sociales y público en general. Solamente en 2013 hemos llegado a 30.000 grupos y personas.
Se han generado iniciativas de cooperación público privadas y el CRANA se ha convertido progresivamente en un espacio de encuentro en materia de sostenibilidad, haciendo de puente entre la administración y la sociedad. Por todo lo anterior consideramos inviable que, tal como y como ha anunciado el Gobierno, el Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local pueda asumir las funciones que venimos desarrollando. Respecto al ahorro económico que el Ejecutivo foral argumenta que va a supone el cierre, queremos hacer hincapié en el hecho de que a través de proyectos europeos, el CRANA ha conseguido traer a Navarra más de tres millones y medio de euros. Por cada 100 euros invertidos en el CRANA, hemos conseguido 90 euros de los fondos europeos. Hemos logrado que el centro se autofinancie, además, en un 45% a lo largo de estos once años, cifra que ha aumentado a más del 50% en los tres últimos años.
Se obvia también la generación de empleo para profesionales y consultoras ambientales a través de estos proyectos. No se ahorra, sino que se escamotea un servicio público a la ciudadanía y se dificulta el avance de Navarra en materia ambiental. Para acabar, una reflexión final. A nuestro juicio, el cierre del CRANA se enmarca en un proceso de desmantelamiento de las políticas ambientales en Navarra: reducciones drásticas de los presupuestos de la Dirección de Medio Ambiente y Agua, desmantelamiento de equipos técnicos de otras empresas públicas, y olvido de las prioridades ambientales.
Es por ello que vamos a solicitar apoyos, no sólo para mantener abierto el CRANA, sino también para recuperar y potenciar una política ambiental respetuosa con nuestros recursos y acorde con los retos actuales y la crisis que nos toca afrontar.»