Pedro María Herrera, compañero de la Fundación Entretantos, participa en este informe de la FAO sobre silvopastoralismo, bosques, gestión territorial y cómo mejores estrategias en lo anterior pueden ser clave en la lucha contra el cambio climático.

«Grazing with trees», el más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, confirma que la agrosilvicultura es una herramienta clave no solo para hacer frente al cambio climático sino para una mejor gestión de ecosistemas. El documento construye una nueva narrativa en torno a la relación entre los bosques y el ganado en las zonas áridas. Explora las innovaciones en la relación entre los bosques y el ganado, con el fin de mejorar las interconexiones positivas y recopilar las mejores prácticas y los amplios beneficios sociales, económicos y ecológicos del silvopastoreo.

También examina los retos y las lagunas de conocimiento, especialmente los relacionados con las características específicas de las tierras secas, como la mejora de los ciclos de la biomasa, la consecución de la neutralidad de la degradación de la tierra, la optimización de la gestión del ciclo del agua, la mejora de las propiedades del suelo y el tratamiento de los impactos del cambio climático en las tierras secas. Por último, establece un marco para proporcionar una orientación multinivel que ayude a la transición hacia este modelo integrador.

Nuestro compañero Pedro María Herrera, consultor de la FAO, ha participado en la redacción de este informe: «Este documento ofrece una visión sobre el potencial que tiene una aproximación conjunta entre la ganadería extensiva y la ciencia forestal a la hora de manejar los ecosistemas y de generar proyectos de restauración, de alcanzar la neutralidad en la degradación del suelo y de luchar contra el cambio climático. El silvopastoreo ofrece una amplia gama de conocimientos y estrategias para mejorar la gestión de los ecosistemas, la gestión territorial y la calidad de vida de las personas que viven en el medio rural.»

Este informe se ha llevado a cabo mediante estudios de casos silvopastorales tradicionales y modernos, analizando tres factores distintos: calidad de vida, salud ecosistémica y capacidad de adaptación al cambio climático. Las conclusiones del estudio destacan una serie de nueve itinerarios políticos para mejorar la aplicación de esta perspectiva de la agrosilvicultura en políticas agrarias y de conservación de la naturaleza partiendo de la implicación de las comunidades locales en el desarrollo de todas estas iniciativas, buscando el diálogo entre todos los agentes y administraciones implicadas y, sobre todo, buscando planteamientos estratégicos integrados que abarquen a la vez la perspectiva forestal y ganadera.