Todos los informes y evidencias sobre el calentamiento global nos están alertando de una verdadera emergencia climática, como consecuencia de un modelo de producción y consumo que ha demostrado poner en riesgo la salud del planeta, sus ecosistemas y especies, ocasionar graves daños a las poblaciones humanas y nuestro patrimonio colectivo, además de poner en riesgo nuestra supervivencia e impactar de manera injusta sobre los colectivos más vulnerables.

Los datos demuestran también que las regiones mediterráneas están entre las más vulnerables al cambio climático, de forma que no reaccionar rápida y contundentemente supondrá una factura demasiado cara para las generaciones presentes y futuras.

La responsabilidad de las instituciones europeas y el Gobierno español, así como los gobiernos de las distintas comunidades autónomas y ayuntamientos, es estar a la altura de las necesidades que exige el momento. Es una responsabilidad compartida por todxs, individual y colectivamente, pero que atañe en mayor medida a quienes pueden -y deben- tomar decisiones de mayor calado.

En entretantos estamos comprometidas con esta responsabilidad y con los cambios que es urgente adoptar. Y trabajamos activamente para defender, promover y activar alternativas capaces de contribuir a la mitigación y la adaptación a la crisis climática. Muy en particular en la defensa de la agroecología y la ganadería extensiva y el pastoreo frente a los modelos agrícolas y ganaderos que trata de imponer la agroindustria. Pero también, de forma transversal, en todas nuestras actividades y proyectos.

Consecuentemente, apoyamos las movilizaciones globales que se están generando y suscribimos el manifiesto que ya ha sido firmado por más de 300 organizaciones, solicitando que se tomen las medidas concretas necesarias para reducir rápidamente a cero neto las emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con lo establecido por la ciencia y bajo criterios de justicia climática y reducir con carácter urgente las emisiones de CO2eq (equivalente de carbono), reajustando la huella ecológica a la biocapacidad del planeta.

Para este viernes 27, en el que hay convocada una huelga mundial por la emergencia climática, teníamos programas diversas actividades desde hace meses (como el Territorios Pastoreados 4), que vamos a mantener para no causar perjuicios a personas que han realizado esfuerzos importantes para poder participar en estos eventos. Pero dedicaremos una atención muy especial, en toda nuestra actividad, a la situación climática y la necesidad de actuar de forma urgente y decisiva. Y así lo transmitiremos a todas las personas y organizaciones con que trabajamos.

Además, participaremos en las diferentes movilizaciones convocadas en los lugares en que estemos las personas del equipo y atenderemos a las concentraciones simbólicas de cuatro minutos y 15 segundos, entre las 11 y las 12 de la mañana de ese mismo día, como reflexión en torno a la gran señal de alarma que supuso alcanzar el pasado mes de abril una concentración de partículas de dióxido de carbono en la atmósfera de 415 ppm (partes por millón), nivel que no se registraba desde hacía tres millones de años.